La primera salida post-nacho fue hace unos 20 días. El "afortunado" fue un lector de mi otro blog. Llamemoslo Santiago.
Tuvimos una primer cita muy linda y hubo segunda cita. En la segunda cita, después de ir a tomar algo lo invité a mi humilde morada. Hubo sexo y no supe más de él. Le mandé un sms unos días después para decirle que tenía ganas de verlo (solo para que lo supiera, no era algo que tuviera que ser inmediato). Me dijo que tamibén tenía ganas pero que le diera un par de días que estaba cruzado y no supe más nada.
La vieja Sofía, todavía estaría llorando por los rincones (sí, por un pibe que vió dos veces en su puta vida). La nueva Sofía está feliz. Feliz porque finalmente se permitió salir, feliz porque no le importa el pibe en absoluto.
Hoy entiendo -en gran parte gracias a mi terapeuta- que la vida hay que vivirla y no pensarla. Porque por más que tengas las ideas claras e intuyas cómo se pueden desarrollar determinadas situaciones, la realidad es que hasta que no te exponés a la situación no sabés nada de nada. Las hipótesis no sirven; son tan volátiles como escribir en la arena. Y al final del día, los pensamientos se los llevó el viento y lo que te podés guardar en el cofrecito de los recuerdos son las cosas que viviste, sentiste y experimentaste.
domingo, 15 de agosto de 2010
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3 observaciones:
Entre acá de casualidad, pero parece que me voy a quedar...
Obvio que uno siempre prefiere que las cosas salgan bien, pero ese momento en donde te pasa esa mierda a la que le tenías terror es el momento de crecer.
Darte cuenta que ese `no´ no llegó a matarte, que es solo cuestión de hacer el duelo necesario y volver a salir y arriesgar. Habiendo crecido y sabiendo que si fallás... no pasa nada porque va a haber otra oportunidad.
Ese momento de iluminación, en donde te das cuenta que errar es humano, normal y hasta necesario, es como sacarte un enorme peso de encima.
Suena como que estás precisamente en este momento. Felicidades y que esta sofia 2.0 se lleve el mundo por delante. Porque cuando no tenés miedo a fallar y tomás chances, no hay nadie que te pueda parar!.
Pfff!! Demasiados aciertos juntos para unas pocas lineas! =)
Sin dudas, vivir sin pensar demasiado.
La de tiempo que perdemos tirando hipótesis basadas en la nada misma, conjeturando, planeando, etc, etc, etc; mientras la vida se va pasando y nada de lo que nuestra mente pensó, ocurre.
Las hipotesis son para cobardes.
Y eso que he formulado tantas que reconozco temores a por doquier.
Muy interesante tu blog
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